La cripta
– ¡Si hay alguien allí, mas le vale abrirme! –
Exclamé inútilmente, casi por décima vez, golpeando la puerta.
Es por esta razón que no me agrada Halloween. Al
menos el año pasado todas esas chicas que huyeron eran quienes habían terminado
encerradas en la cripta y yo quien estaba afuera para abrirles; ¡Ellas ya deberían
saber que los chicos de la secundaría para varones siempre les juegan el mismo
tipo de bromas!
Intenté nuevamente abrir – ¡Maldición! – Volví a
golpearla con mi puño. Ni siquiera estaba cerca de poder abrirla, ¿Qué iba a
hacer?, No avisé a nadie que vendría y de seguro no se darían cuenta de mi
ausencia hasta el Lunes, cuando faltase a las clases, o, con suerte, hasta el
Domingo, si es que Kamui llegaba a pasar por mi, ¡pero hoy es Viernes!
Respiré hondo, tenía que calmarme y pensar las cosas.
Entonces, una voz suave, extrañamente familiar me sobresaltó – ¿Necesitas
ayuda?
Voltee, no me había percatado de que había alguien
más allí. Un hombre se acercó desde la penumbra.
– Supongo – Respondí. – ¿Quién eres? No pareces ser
estudiante de la academia.
– Será porque no lo soy. Puedes llamarme Kohaku.
– Soy Shisaichi.
– Lo sé – Se me acercó y apoyó sus manos contra la
puerta, poco más arriba de mis hombros, dejándome atrapado entre ellas. –
Entiendo por qué Kamui te eligió por sobre todas esas chicas.
– ¿Cómo sabes…? ¿Lo conoces?
– Demasiado – Respondió acercándose hasta que su
rostro quedó a pocos centímetros del mío.
¿Qué pretendía? Pensé mientras me escabullía rápidamente
hacia un lado.
– No te asustes. No te haré nada, después de todo eres su novio ¿No?
En realidad lo era, ¿O no?... Nunca lo había pensado…
Pero, ¿Cómo podía saber tanto?
– Pienso, no eres de la clase de chico que le gusta
esperar a ser rescatado, mejor apresurémonos a abrir esto.
Asentí sin pensarlo dos veces; él tomo un trozo de hierro y lo atrancó entre ambas puertas, luego
empujamos al mismo tiempo en diferentes direcciones; asombrosamente la puerta
se abrió y pude salir.
– Gracias – Voltié hacia el umbral de la cripta, pero
Kohaku ya no estaba allí.
Desde la oscuridad frente a mí vi acercarse a alguien.
– ¿Estas bien? – Me preguntó – Me preocupe cuando no
te vi salir y esas chicas no supieron decirme donde estabas. – Miró la puerta
del sitio donde acababa de escapar – No me digas qué… ¡Esos malditos!, ¡Les advertí
que nunca usasen ese lugar, ¿Y tenían que encerrarte allí?!… ¡Ya verán!
Rápidamente le conté algo de lo sucedido – Esa
persona parecía conocerte, conocernos. Creo que se llamaba Kohaku, o eso dijo.
En ese momento pareció sorprendido; por lo visto mi
expresión demostró que me había dado cuenta pues sonriéndome dijo – No importa,
no es nada.
Luego fue hasta las amplias puertas de la cripta y
las cerró, comentando casi en un susurro inaudible – No pudiste haber sido tu
¿Verdad hermano?
Tuve la impresión de leer en una inscripción aquel
nombre, “Kohaku”, pero mis pensamientos recaían en otra cosa. “Si Kamui había
venido hasta aquí, tal vez hoy no sería una noche tan mala después de todo…”
Eve Nezumi
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Esta historia la creé para Halloween el año pasado. Los personajes pertenecer originariamente a una novela que estoy escribiendo y no tienen relación alguna con la imagen, (sólo creí que quedaría bien).
Los derechos sobre este relato me perteneces, así que si lo ven publicado en otra página agradecería me dieran aviso.
Desde ya, muchas gracias. Espero que les guste.
Sin más sque decír, me despido,
Eve Nezumi
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